La bohemia debe morir
Play. Pantalla en negros. Texto.
una noche fría en cualquier ciudad. punto de vista a la altura de las rodillas nos lleva por pasillos oscuros, calles sucias y piernas que caminan de un lado a otro dejando escuchar las risas de quienes sostienen. muchos de ellos ríen, otros gritan, otros solo dicen ¡salud!
Transición desde negros y comienza un recorrido aún más rápido que nos marea, oímos una voz que nos narra lo que vemos en tono accidentado pero irresistible
miles han vivido así, en la periferia de la vida. cientos se han logrado desprender de sus propios ojos para voltear y mirar su vida. ahí están, limitados, oprimidos y con más ganas de vivir que todos nosotros juntos. algunos pocos lograron desprenderse un poco de la opresión para recorrer las calles bajo otra mirada, al ritmo de rock, blues o simplemente silbando para celebrarse a sí mismos.
Entra música de fondo, una tonada suave de guitarras y armónica que le pone onda y nos hace pensar: !Mira qué bien!
la bohemia debe morir. debe morir porque no existe por quienes la viven sino por los que desde lejos creen que su vida debería ser así. pienso en los Detectives salvajes: después de leerlo, veinteañeros y adolescentes se lanzaron a las calles a recorrer aterrorizados avenida insurgentes a las 3 de la mañana para luego llegar a casa y sentarse a escribir bajo la luz de una vela lo mal que la pasaron, lo mucho que odian a sus padres y cómo desean escapar de ahí.
“paseaba por avenida insurgentes. vengo muy pedo. las calles parecen flotar pero después me entero que soy yo el que flota. veo una chica linda que pasa, pienso en ella y luego le grito algo terrible sobre el amor. no voltea. pero espero sentado en la banqueta, sé que regresará. regresará por mí. no importa lo que le haya dicho, regresará por mí. soy poeta. regresará por mí”.
unos 14 de esos y tenemos una plaquette, 28 de esos y tenemos un poemario para fotocopiar y vender a 100 o lo que guste cooperar. la bohemia nos rodea por todas partes. los detectives salvajes y en el camino dieron testimonio de la vida de quienes en realidad existieron y tenían que escribir al respecto o morir. para no olvidarse de sí mismos. huyendo de sus propias dictaduras a países extranjeros, persiguiendo sus sueños a través de carreteras y autos a toda velocidad. ¿qué problemas reales tiene un treintón que aún piensa que escribir cosas como esta cuando bebe en exceso le da derecho a decirse bohemio o escritor o poeta?
la bohemiadebemorir porque imita el infortunio ajeno reproduciéndolo en su propio cuarto en la casa de sus papás. viviendo en la cobacha o en el cuarto del patio solo regresando para comer. salir de ahí, pedir dinero y regresar a echar pegamento y papel periódico por toda la habitación.
Cambia la música. Se siente un poco más de tensión, nuestra sonrisa se borra a cada paso. No podemos decidir si apagar esto a la mierda o seguir viendo
aunque si lo pensamos, la bohemia es una etapa. ve a Bolaño. era insoportable en sus 20 (¿y quién no?), Kerouac se convirtió en un viejo insufrible. escribieron todo lo que pudieron, crecieron y luego la muerte. para cuando nos damos cuenta, ya tenemos más de 40 y seguimos sentados en la cabecera del bar-centrocultural lamentando nuestras vidas, imitando a los veniteañeros que leímos veinte años atrás. olvidamos nuestros problemas pero también cómo resolverlos.
dejamos de vivir nuestra vida para vivir la de otros. y encima lo hacemos mal.
La música tiene un pico, de esos que meten emoción donde quizá nunca la hubo. La imagen ahora tiene un filtro de esos elegantes pero preocupantes
labohemiadebemorir porque produce literatura facilota para gente facilota. autores y autoras que contaron sus vidas y murieron como pudieron, lectores con cerebro adolescente que se limitan a imitar. beber, drogarse y listo, se han vuelto rebeldes, ¡bravo, denle otra botella! no luchan contra nada, si acaso contra sí mismos que, seguramente muy adentro de sí, se lamentan por no poder conservar un trabajo.
la bohemia debe morir porque el orden establecido contra el que luchó ya murió también. porque ahora es ella la que oprime y la que violenta y la que se hizo vieja. pero nadie se atreve a decirlo.
a lo que sigue, oye. a lo que sigue. amaneció otra vez. abre tu ventana. ¡respira por fin!
Se suaviza el fondo y se suaviza la voz. Botellas chocando y risas apagadas. La iluminación aumenta sutilmente. La voz lo nota y acelera con apagada vergüenza. Demasiado tarde: lo sabemos
les cuento esto como jugando a ser bohemio ¿saben? me brinco las mayúsculas porque las mayúsculas me oprimen. tengo que mover mis dedos un poco más de lo que mis convicciones mandan para alcanzar la tecla shift. mi libertad vale más que eso.
acabo de recordar por qué no escribo, ¿vieron? quizá en otra ocasión.
Fade out a negros y créditos finales. Suspiros de alivio. Buenas noches.
